Así como van las cosas, realmente dudo que Lourdes Flores revierta la tendencia y termine ganando las elecciones municipales en Lima. Todos los conteos, resultados, encuestas y sondeos habidos y por haber han arrojado como ganadora a Susana Villarán. Habrá que resignarse nomás (en mi caso, la resignación ha sido el escenario único dado que, así como con Villarán, decidí tampoco votar por Lourdes).
No obstante, pienso que se exagera al creer que la elección de Fuerza Social será el fin del mundo y que Lima va a ser apropiada por rojos, caviares y oenegeístas. En verdad no aseguraría que va a ser tanto así pues, por ejemplo, solo la mitad más uno de regidores de Lima será gente del partido de Susana, lo cual asegura que las decisiones en temas municipales no serán de dominio exclusivo de la gente de Fuerza Social (asumiendo que eso desde ya fuera negativo).
Ahora bien, creo que mucho hemos desviado nuestra atención en una elección de segundo nivel que, si bien importante y vital por temas de seguridad, transporte y medio ambiente, no debe opacar esa elección fundamental que incluye a todo el Perú, no solo a Lima.
A mí realmente me dan escalofríos al ver la evolución reciente de las encuestas presidenciales para el 2011. De solo imaginar la posibilidad de Keiko Fujimori como Presidente de la República me dan ataques de pánico... mi mente no consigue plantearse tal situación hipotética. Simplemente no lo alucino. Sin embargo, esta es una posibilidad perfectamente dable (es más, algunos analistas por ahí se envalentonan y quieren dárselas de audaces diciendo que para ellos Keiko será la próxima presidente). En ese sentido, he llegado a una conclusión que en ningún momento pierde lógica ni consistencia.
Mirando al 2011, más nos conviene Susana que Lourdes.
"What the fuck!" dirán algunos amigos míos (aquellos que califican como "comunista hija de perra" a Susana Villarán). Sin embargo, sorry gente, pero prefiero mil veces asumir el costo de la tía Susana en el sillón municipal antes que ver a Keiko "becho abacho" Fujimori en el sillón presidencial. ¿Por qué? Simple: miremos la última encuesta de Ipsos-Apoyo publicada en El Comercio:
Thriller. ¡Sino es Castañeda, es Keiko "apenas pueda libero a mi viejo" Fujimori!
Debemos asumir que el cargo de Alcalde de Lima tiene amplio poder mediático y un muy considerable nivel de influencia sobre la opinión pública. Bueno, hay algo que Susana hará y que Lourdes, valgan verdades, nunca hubiera hecho: fiscalizar a Castañeda. Yo creo sinceramente que en la gestión del alcalde en mención han habido hartos hechos de corrupción, malversación de fondos y desviación de presupuesto. A mí me queda esa impresión (nada descabellada, por cierto). Una auditoría del gobierno municipal del líder de Solidaridad Nacional la verdad es que no le caería nada bien a sus intereses electorales para el 2011.
Si esta estrategia de fiscalización funciona bien, Castañeda puede quedar seriamente debilitado. Ahora, ¿qué hacemos con Keiko?
En este punto sí recurriría (y quizá por eso peque de inocente) a confiar en el carisma, la influencia, el peso político y la llegada que eventualmente podría adquirir Susana Villarán como alcaldesa. Es bien sabido que en su trayectoria política reciente Villarán ha sido una ferviente y muy inteligente anti-fujimorista. Lo sigue siendo y, salvo alguna hecatombe, lo será. Siempre que he escuchado a Susana referirse al gobierno de Fujimori y sus miembros me ha caído en gracia. Quizá Villarán logre refrescar la mente de los alicaídos peruanos y hacernos reaccionar un poco, por fin. ¿Y Lourdes? Bueno, Lourdes es anti-montesinista, pero no necesariamente anti-fujimorista...
Si esto funciona adecuadamente, Keiko "no estudié con recursos del Estado" Fujimori podría quedar muy debilitada para las elecciones del 2011.
Golpeados los dos mencionados en los párrafos anteriores, ¿quién queda libre? Toledo. Sin duda alguna, la opción más razonable sobre el tapete.
Sumergirnos en las atmósferas creadas por Hawtin y Carola en la terraza del Amnesia en Ibiza podría ayudar a despejarnos la mente y actuar con menos torpeza al responder las encuestas.